domingo, 13 de septiembre de 2009

MUCHO HABÍA AMADO

Todos los domingos, Mercedes, una vecina anciana y casi ciega, lloviera, tronara o hiciera sol iba a ver a su hijo al Psiquiátrico. Unos días le llevaba una cajetilla o cartón de tabaco; otro unos pañuelos; otro, caramelos… Como era muy pobre iba andando varios kilómetros.

Su amiga se encontraba con ella con frecuencia. Vivía en una chabola – casi cueva, en medio de la humedad, sin agua corriente, con una sola bombilla de 25 watios… Pasaba los días sentada en su braserillo con un rescoldillo para calentarse en los días tan fríos y duros del invierno de una ciudad de clima continental…

Un día quiso que su amiga fuera a comer con ella. Como no veía no sabía bien las cosas estaban limpias o no. Pero con un gran amor compartió lo que tenía y lo más importante: lo que era. Su gran amor y delicadeza.

Por fin vieron que podía salir de ese rincón húmedo. Encontró otra casita con menos escalones pero casi con la misma humedad. ¡Cómo gozaba! Poco le duró ese gozo porque su salud se fue deteriorando… y fue al Encuentro con su Amado en la Luz y el Amor que no tienen fin.

A su amiga le dejó en herencia una olla exprés, su televisión pequeñita y su nicho a perpetuidad.

El día del entierro no había más familia que vecinos de su barrio y su amiga. Les sorprendió ver que ese mismo día y media hora más temprano enterraron a su hermano pues los nichos estaban uno encima de otro.

Parece ser que María había sido madre soltera y su familia en mucho mejor situación económica se había desentendido… pero ¡las cosas de Dios! Los dos hermanos murieron el mismo día y seguro que en el último momento se debieron dar un abrazo de reconciliación y perdón mutuos y Dios nuestro Padre y Madre sonreiría y abrazaría con toda el alma a la que “mucho había amado”: “¡Entra en el gozo de tu Señor!”.

No son sueños. Son realidades, grandes o pequeñas, según los ojos con que las mires. Nuestro mundo está lleno de gestos que pasan desapercibidos pero para el que los contempla con Amor son TESTIMONIOS DE FE, DE ENTREGA Y DE MUCHO AMOR.

DE ELLO DOY FE.

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