jueves, 21 de julio de 2011

GESTOS


La vida está llena de pequeños gestos. A veces tenemos la tentación de creer que sólo lo grande construye. En este momento  quiero compartirte simplemente gestos que multiplican la Presencia del que nos amó primero y hasta el extremo.

Estamos de vacaciones. Hay personas que son luz de forma muy sencilla:

María llama a Isabel porque ésta está enferma y sabe que le va a dar una alegría. La invita a merendar y a estar simplemente con ella. Otra tercera persona se une al grupo. Normalmente cada una comparte su pequeño gasto.  Esa vez la persona que invita ha recibido un dinero extra y piensa en los demás y comparte. No es una cosa extraordinaria pero se convierte en ello cuando se ha creado mucho amor y entrega entre ellas.

Lorena tiene una pensión muy pequeñita pero siempre que puede comparte lo que es y lo que tiene con otros: con unos niños en África, entregando entera su paga extraordinaria; compartiendo la mesa con personas que lo necesitan... Y  acompañando a personas solas y abandonadas.

Carmen tiene una amiga enferma y ya un poco demente. Recorre muchos kilómetros para ir a verla y darle una alegría, aunque al minuto ha olvidado su visita.

Luz y Antonio, Carmen y Pilar, Isabel, Pili, María, Haldum, Lucero... y muchos más,  deciden poner en común en un fondo de solidaridad bastante dinero para permitir que otros puedan usarlo sin intereses. Así la cadena solidaria se va extendiendo.

FELICES LOS QUE HACEN DE SUS VIDAS UNA PARÁBOLA DEL COMPARTIR, DEL SERVICIO DESINTERESADO, DE LA FRATERNIDAD... 


Sigamos haciendo esa cadena del compartir y del amor. Nuestro mundo se irá pareciendo más al Proyecto de Amor de Dios sobre nosotros: Un  mundo de hermanos.