martes, 11 de diciembre de 2012

MARAVILLAS DE JESÚS




http://webcatolicodejavier.org/marabio.html


Presentamos el relato de los protagonistas del gran milagro de Santa Maravillas de Jesús, milagro que fue aprobado para la canonización de la Beata carmelita. El 19 de julio de 1998, Manuel Vilar, de un año y medio, juega alegre en el jardín de la casa de su tío. De repente su madre va a ver donde está jugando y no lo encuentra. Extrañados de la desaparición del niño los familiares inician la búsqueda y aproximadamente 15 minutos más tarde es hallado flotando, boca abajo, en la piscina, con agua en estado de descomposición, de la casa donde se encontraban, en la provincia de Entre Ríos, Argentina. Cuando lo sacaron del agua estaba frío, sin pulso, sin respiración, llevaba casi media hora muerto. Según los médicos del Hospital San Blas de Nogoyá, Entre Ríos, trabajaron una hora para reanimarlo mientras su madre le rezaba con gran devoción a la Madre Maravillas de Jesús pidiéndole que le devuelva con vida a su hijo. De repente el corazón del niño comenzó a latir aunque su estado sigue siendo de gravedad. En la madrugada siguiente, ante el asombro de enfermeros y médicos el niño se despierta y llama a su mamá. Se había recuperado repentinamente sin secuela alguna del terrible accidente sufrido. Hoy Manuel es un niño sano, fuerte y alegre.

http://www.youtube.com/watch?v=hWeZAVw21vY/




domingo, 2 de diciembre de 2012

MAMITA, TÚ ME HAS ENSEÑADO


En un rincón de la Amazonia una misionera escucha a un campesino:

-Mamita, Mamita...  mira...  a ese hombre que pasa por delante de nosotros tenía que matarle según la ley de mi tribu pero tú me has enseñado que Dios es amor y siempre nos perdona y nos invita a perdonar a nuestros enemigos y yo le he perdonado. 

(LA MISIONERA LLEVA 48 AÑOS EN LA MISIÓN. SIENTO NO HABER RETENIDO EL NOMBRE)

Y hoy recuerdo la oración atribuída a San Francisco: 

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
 
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. 

Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. 

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. 

Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. 

Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza. 

Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. 

Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. 

Oh Señor, 

que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, 

ser comprendido, cuanto comprender, 

ser amado, cuanto amar. 

Porque es dándose como se recibe, 

es olvidándose de sí mismo 

como uno se encuentra a sí mismo, 

es perdonando, como se es perdonado,
 
es muriendo como se resucita a la vida eterna.


(Autoría atribuída a San Francisco de Asís)