sábado, 21 de noviembre de 2009

JESÚS ES EL REINO - Solemnidad de Cristo Rey dom34TOb


Composición, collage y diseño: mlred

Como HOY concluimos el Año Litúrgico y celebramos a Cristo en el centro de nuestra existencia, de nuestras vidas, de nuestro corazón; damos mayor énfasis a la Eucaristía y cuidamos más NUESTRA FIESTA.

(Las moniciones sólo es necesario hacerlas cuando la Asamblea Cristiana no está habituada a las Celebraciones litúrgicas y/o a la Palabra de Dios.)
Un Rey Diferente, como Ninguno
Un Rey en el Trono de la Cruz

S a l u d o (Ver Segunda Lectura):

Para vosotros, todas las bendiciones de Jesucristo, nuestro Rey y Señor salvador, el principio y fin de todo lo que existe, el que es, el que era y el que viene. Que su paz y su gracia estén siempre con vosotros.


I n t r o d u c c i ó n p o r e l C e l e b r a n t e


1. Un Rey diferente, como ninguno
La palabra “Rey” nos remite a poder, riquezas, esplendor. En la fiesta de hoy de Cristo Rey, ¿qué clase de rey se nos presenta?
Un hombre que lleva una corona de espinas, vestido con un manto de púrpura para mofarse de él como de un rey farsante, y de pie como un criminal acusado ante Pilatos, quien representa a los poderes del mundo.
¿Dónde se puede encontrar el verdadero poder de Cristo como Rey?
En la verdad del poder del amor de Dios, para el que Cristo vino a testificar, amando hasta el fin con auténtica actitud de servicio. Dios Padre nos ama totalmente en su Hijo Jesús. Por eso Jesús es nuestro Señor y Rey.
2. Un Rey en el Trono de la Cruz
Jesús colgó de la cruz, y así murió. Junto a él había uno de los dos criminales que morían también con él. Y allí tuvo lugar uno de los más extraños diálogos nunca realizados: El bandido, impresionado por la mesura y serenidad de Jesús, le dijo, “Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino”. Y Jesús respondió: “Hoy estarás conmigo en el paraíso.” ¡Un hombre condenado a muerte, agonizando en la cruz aparentemente por una causa criminal, promete un reino y un paraíso de felicidad! Esto proclama por sí solo, fuertemente, qué clase de rey celebramos hoy: Cristo, el rey no de poder y riqueza, sino de verdad, entrega, amor y paz.



A c t o P e n i t e n c i a l (Dos Opciones):
1. Rey Diferente, como Ninguno
¿Hasta qué medida hemos seguido a Cristo nuestro reyen su actitud de servicio, amor y verdad?Examinémonos brevemente ante el Señor.
(Pausa)
Señor Jesús, rey de nuestros corazones, tú naciste uno de nosotrosen la pobreza de un pesebre en una cueva de Belén:R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, rey de los hombres, tú viniste a ser el siervo de todos,especialmente de los enfermos, los débiles y pecadores:R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, rey del universo,tu amor llegó tan lejos y tan profundoque te llevó a entregar tu propia vida por todos:R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Concédenos, Padre compasivo, tu perdón sanadory haznos participar en tu reinadoayudándonos a crecer en tu verdad,tu amor y tu espíritu de servicio.Llévanos a la vida eterna. R/ Amén.



2. Un Rey en el Trono de la Cruz
No hemos hecho suficientemente visible el reino del amor de Dios.Por ello pidamos perdón al Señor.
(Pausa)

Señor Jesús, tuyo es el reino de un amor totalmente entregado.¡A ti toda alabanza!
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, tuyo es el reinode justicia, administrada hasta a los más débiles y pobres. ¡A ti toda alabanza!
R/Cristo, ten piedad de nosotros.Señor Jesús, tuyo es el reinode la verdad fiable y sincera ¡A ti toda alabanza!
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, por tu gran misericordia perdona nuestros pecados .Vive y reina en nosotros, y llévanos al gozo de la vida eterna. R/ Amén.



O r a c i ó n C o l e c t a:
Roguemos para que sepamos reinar con Jesús,sirviendo como él.
(Pausa)

Oh Dios, Padre nuestro:
Cuando quisiste mostrarnos que tú eres el dueño de todo y el Señor de todos los hombres, nos enviaste a Jesús tu Hijo como el humilde siervo de tu amor, que ofreció su vida por todos en la cruz. Danos suficiente fe para aprender de él que servir es reinar y que dar nuestra vida por nuestros hermanos es encontrar una alegría y felicidad que nadie nos puede arrebatar.
Te lo pedimos en el nombre de Cristo, que es nuestro Rey y Señor, ahora y por los siglos de los siglos.

P r i m e r a L e c t u r a :
Lectura de la profecía de Daniel (7,13-14): En la visión de Daniel, un “hijo del hombre” unificará al pueblo en su reino. Este “hijo del hombre” apunta precisamente Jesús.Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios

S a l m o :
Sal 92
R/. El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad,el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
Así está firme el orbe y no vacila.Tu trono está firme desde siempre,y tú eres eterno. R/.
Tus mandatos son fieles y seguros;la santidad es el adorno de tu casa,Señor, por días sin término. R/.

S e g u n d a L e c t u r a :
Hemos sido escogidos para participar en la victoria de Cristo sobre el mal y la muerte, y para invitar a todos los hombres y a todo el mundo a dar culto a Dios.

Lectura del libro del Apocalipsis (1,5-8):
Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.Mirad: El viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén.Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.» Palabra de Dios

E v a n g e l i o :
Jesús reconoce ante Pilatos que es rey. Pero su reino no se basa ni en fuerza ni en violencia. Es el reino de los que aceptan libremente la verdad y la vida de Cristo.
Lectura del santo evangelio según san Juan (18,33b-37):En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?»Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?»Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.» Palabra del Señor
H o m i l I a:
(1ª opción)
Éste es uno de esos domingos en los que las tres lecturas se unen hábilmente al significado de toda una fiesta. Que Cristo es Rey, no queda ninguna duda. En todas las iglesias del mundo hay una imagen de nuestro Redentor sobre el trono de amor que es la cruz. Su cabeza sigue circundada por las espinas que en la burla le colocaron los soldados del imperio del momento.
La profecía apocalíptica de Daniel nos habla de una ‘especie de hombre’ que recibe el poder, el honor, el reino, y al que todos sirven. Un ser desconocido, quizás ‘un hombre cualquiera’, recibe el poder. Sin embargo, el Apocalipsis describe a Jesucristo como el ‘testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra’. Un rey poderoso sobre la muerte, fuerte en fidelidad, que ha establecido su reino por el vínculo del amor que se ha derramado en el mundo con su sangre. No es desconocido, pues tras su muerte y resurrección se ha manifestado su auténtica identidad y misión: la salvación.

Finalmente, un diálogo íntimo entre el “poderoso” y el Dios no-poderoso nos lleva de nuevo a sondear el verdadero significado de esta celebración: el mundo camina hacia el establecimiento del Reino. Un reino de amor, verdad, libertad, justicia, amor, etc.

Jesús es Rey. Es Rey y así lo celebramos porque él mismo lo dijo de sí mismo: “Tú lo dices, soy Rey”. Celebrar esta fiesta es creer en sus palabras. Pero su reino no es de este mundo, ni siquiera es un despacho importante en uno de los palacios presidenciales de los estados modernos. Su reino es un reino de verdad, donde el poder es el poder hacer algo y transformar la realidad.

En este último domingo del año litúrgico, echamos la vista hacia atrás (¡ha pasado un año!), y nos preguntamos: ¿qué hemos descubierto de Cristo después de recorrer, una vez más, toda su vida, pasión, muerte y resurrección? ¿Qué lugar ocupa Jesús en mi vida?

Rey es una palabra fuerte, que nos habla de poder, de honor, de respeto, de adoración. Sentimientos que tienen las personas ante alguien que ostenta una dignidad elevada. La dignidad de Jesús está elevada sobre la tierra por los palmos que le separan del suelo, colgado en la cruz. Jesús es Rey, y sólo él tiene el poder de dar sentido a todo, y de lanzarnos por encima de todo, hacia la eternidad.
L. Del Otero CSsR
http://pjvr-iglesiajoven.blogspot.com/

J e s ú s, ¿r e y? ¿d e q u é r e i n o?
(2ª Opción)

Hay que releer desapasionadamente la lectura del Evangelio de este domingo. Hagamos como si la leyésemos por primera vez y no conociésemos a los protagonistas ni el desenlace final de la historia. ¿No suena el diálogo a ridículo? El detenido se convierte casi en el interrogador. Y el que interroga se encuentra con la sorpresa de que el detenido se declara superior a él pero “de otro mundo”. Lo suficiente en nuestros días para enviarlo a un manicomio. En la época de Jesús no tenían esos recursos y la vida humana no valía tanto. Es decir, que Pilatos condenó a muerte a Jesús sin hacerse demasiado problema. Probablemente así fue como sucedió en realidad. Hoy nosotros hacemos otra lectura de la historia. La leemos desde nuestra fe. El detenido no es un loco. Es Jesús. El Hijo de Dios. El Testigo del amor y la misericordia de Dios para con todos. Para nosotros está clarísimo que su reino no es de este mundo. Hasta nos fallan y faltan las palabras. Porque lo suyo no es un reino. Quedan pocos reinos en la actualidad. Y los reyes que quedan ya no mandan mucho. Son reyes constitucionales. No son mucho más allá que una figura decorativa, que representa al Estado. Los reyes de antes eran otra cosa. Aquellos mandaban de verdad. Hacían lo que les venía en gana. Su reino era para ellos como su propiedad privada. Y su gente eran súbditos y no ciudadanos libres. Pero ninguna de esas dos formas de ser rey tienen nada que ver con lo que Jesús es para nosotros. ¿Verdad que no?Su “reino” no es de este mundo Por eso, decir que Jesús es rey o emperador se nos queda corto y desajustado. Jesús es otra cosa. Está claro que su “reino” no es de este mundo. Y que las palabras e imágenes de este mundo no sirven bien para hablar de él y de lo que significa para nosotros. Su “reino” no se parece a ninguna de las formas de gobierno, de poder, de este mundo. Ni a los reinos actuales, ni a las democracias ni a las dictaduras, ni a las repúblicas. Su “reino” es otra cosa. ¿En qué consiste ese “reino” de Jesús? Lo hemos ido viendo a lo largo de todo el año litúrgico que hoy, con esta celebración, termina. Hemos recorrido paso a paso los misterios de la vida de Jesús. Con el Adviento nos preparamos para la celebración de su nacimiento, luego vino el gozo de la Navidad. Más adelante, la Cuaresma nos llamó a la conversión necesaria para celebrar la Semana Pascual, que culminó con la Resurrección de Jesús, que celebramos durante todo el tiempo de Pascua. Domingo a domingo hemos ido escuchando su palabra, conociendo su estilo de vida, su forma de relacionarse con los demás. ¿Es posible que digamos que no sabemos en qué consiste su “reino”? Todos hijos, todos hermanos Su reino es de amor y misericordia, de comprensión y perdón, de acogida para los alejados, de generosidad con todos. Su reino es toda una forma de convivencia entre las personas en la que se parte de un principio básico: somos hijos del mismo padre y, por eso, somos hermanos. Lo que tenemos, lo que somos, lo compartimos. Y esa es la única forma de alcanzar la plenitud, nuestra plenitud. Ese es el reino de Jesús. Eso es lo que hoy celebramos en esta fiesta con la que termina el año litúrgico. Pilatos no entendió lo que le decía Jesús. Probablemente no le pareció más que un loco potencialmente peligroso. Por eso lo condenó. Hoy nosotros, desde la perspectiva de la fe, deberíamos saber que el poder de Jesús es mucho más fuerte que el de Pilatos. Pilatos tiene la violencia de las armas. Jesús tiene la fuerza del amor, del perdón y de la misericordia. Pilatos, con su violencia, puede destruir pero sólo Jesús puede construir porque sólo el amor construye y abre nuevas posibilidades de vida. Si creemos en Jesús es hora de alistarnos en sus filas y avanzar bajo su bandera. Jesús es de verdad todopoderoso. Sólo con él podremos construir un mundo nuevo. Fernando Torres Pérez, cmf
fernandotorresperez@earthlink.net

3ª Opción: REY ATÍPICO

Rey, apenas hay otra palabra menos apropiada para Jesús.

Un rey que toca leprosos, que prefiere la gente normal a los poderosos del pueblo.
Un rey que lava los pies de los suyos, un rey que no tiene dinero y que no puede defenderse.
Jesús crucificado es un extraño rey: su trono es la cruz, su corona es de espinas. No tiene manto, está desnudo. No tiene ejército. Hasta los suyos le han abandonado.
¡Menudo rey! Reino.
Y ya que hablamos del rey, tenemos que hablar del reino. Jesús habló del reino de Dios, del reinado de Dios.Un reinado en que los últimos del mundo son los primeros.
Un reinado que prefiere a los publicanos y a las prostitutas, antes que a los doctos letrados y los puros fariseos.
Un reinado sin tronos, sin palacio, sin ejército, sin poder.Un reinado de viudas pobres, que echan dos céntimos de limosna. U
Un reinado de samaritanos, que cuidan a un herido.Un reinado en que son preferidos los sencillos como niños.
Un reinado de gente pobre, que sabe sufrir, de corazón limpio, comprometida con la justicia. ¡Menudo reino!Pero, pensará alguno que esto es provisional.
Dios reinará, Cristo reinará, vendrá un día en que aparecerá en los cielos vestido de majestad, y todas las naciones, todos los hombres y mujeres del mundo y de la historia caerán de bruces ante su Majestad, y entonces veremos que es rey.
Pues no, Dios no reina así, apabullando enemigos.
El reino de Dios no se parece en nada a los de la tierra, que imponen desde fuera y matan para imponerse.Dios se siembra desde dentro y hace vivir. Reina desde el amor.
“Reinar”. En nuestro mundo reina el terror,
reina la miseria, reina la explotación,
reina la venganza, reina el negocio sucio,
reina la violencia.
Cuando en nuestro mundo reine la confianza mutua,
cuando todos vivan decentemente,
cuando no haya analfabetos,
cuando los negocios sean honrados,
cuando nos contentemos con menos…
entonces podremos empezar a hablar de que Dios reina.
Desde dentro, desde la humanización de los corazones.
¿Reinará Dios alguna vez?
Tenemos la tentación de pensar que no.
La violencia y la rapacidad y el consumo desenfrenado parecen más fuertes que la bondad, la generosidad y la austeridad.
Eso es una tentación.
Pero Jesús creía en la fuerza de la semilla,
en el poder de la levadura,
en la fuerza imparable del Espíritu,
del Viento de Dios.
Y entretanto, tú y yo nos enfrentamos a una invitación urgente:
¿quieres comprometerte con Jesús a construir el reino?
Jesús, rey atípico.
Es tan especial que nosotros también corremos el peligro de no entender nada. Y ¿cómo es este rey tan original?
Jesús reina entregando su vida. Los reyes de este mundo viven a cuenta de sus súbditos. Jesús no se les parece en nada a estos reyes.
Jesús reina perdonando, amando, desde una situación de humillación e impotencia. Se nos dice dónde y cómo gana Jesús este título de rey: en la entrega de su vida hasta la muerte.
Su señorío es de amor incondicional, de compromiso con los pobres, de libertad y justicia, de solidaridad y de misericordia. Desde ahí, Jesús unifica lo visible y lo invisible y abraza todo el cosmos.
CAMINO MISIONERO-Blog católico de oraciones y reflexiones pastorales sobre la liturgia dominical. Para compartir y difundir el material brindado. Creemos que Dios regala Amor y Liberación gratuita e incondicionalmente.

O r a c i ó n d e l o s F i e l e s (Basado en un texto de René Mouret):

Oremos a Cristo, nuestro Rey, para que reine en medio de todos los hombres por el poder de su amor. Digamos: R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

· Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo libre. Por los líderes de las naciones que aman la libertad y la instauran en sus países, y también, por el contrario, por los que la estrangulan y matan, oprimiendo así a sus pueblos, con confianza te pedimos: R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

· Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo de hermanos. Por los que respetan y defienden la dignidad y los derechos de los demás, y también, por el contrario, por los que oprimen a sus hermanos y sólo defienden sus propios intereses egoístas, con confianza te pedimos:R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

· Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo de testigos. Por los cristianos que viven intensamente su fe, y también, por el contrario, por los que desgraciadamente han dejado enfriar o incluso morir su fe, con confianza te pedimos:R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

· Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo que viva en la verdad. Por aquellos en cuyas palabras y obras podemos confiar, y también, por el contrario, por los que engañan, viven de la mentira y te traicionan a ti y a los hermanos, con confianza te pedimos: R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

· Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo orientado hacia servicio. Por todos los que ayudan y se cuidan de los demás, y también, por el contrario, por los que solamente piensan en sí mismos sin importarles nada los demás, con confianza te pedimos: R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

· Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo de esperanza. Por todos los que con optimismo siguen esforzándose y trabajando por todo lo bueno, y también, por contraste, por los que se rinden y se dejan llevar por el pesimismo y desaliento, con confianza te pedimos: R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.
Señor y Rey nuestro, contigo queremos llevar las cargas de nuestros hermanos. Que su peso sea ligero, ya es una carga de entrega y amor. Danos fortaleza ahora y por siempre. Amén.
O r a c i ó n s o b r e l a s O f r e n d a s :
Señor Dios, Padre nuestro:Tú has puesto en nuestras manos un pedazo de pan y un sorbo de vino, pero también nos has confiadoel crecimiento de tu reinoy el futuro del mundo. Haz tangible y efectivo este crecimiento y este futurodándole el nombre y la fuerza de Jesús, tu Hijo. Como él y con él, queremos entregarnos totalmente a ti y a los hermanos, con amor generoso y con dedicado servicio.Te lo pedimos en nombre del mismo Jesús, el Señor.

I n t r o d u c c i ó n a l a P l e g a r i a E u c a r í s t i c a :

En esta eucaristía celebramos cómo Cristo nos liberó del pecado por su sangre derramada y nos trajo vida por su resurrección. Con él damos gracias a nuestro Padre del cielo, y pedimos que sepamos vivir seriamente entregados a él y a su reino.

I n t r o d u c c i ó n a l P a d r e N u e s t r o :

Con Jesús, nuestro Señor y Rey, rogamos a nuestro Padre en el cielo que su reino crezca entre nosotros.

Líbranos, Señor Líbranos, Señor, de todos los males y concede a este nuestro mundo dividido la paz del reino de tu Hijo.
Líbranos de los pecados por los que él por amor murió en la cruz.
En las dificultades y pruebas de la vida, danos la certeza, de que los que le sirven lealmente tendrán parte en su alegría en la venida gloriosa del reino de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.




I n v i t a c i ó n a l a C o m u n i ó n :
Este es Jesucristo, nuestro Rey y Señor, que es el principio y el fin,y quien da sentido a nuestras vidas. Dichosos nosotros invitados a la mesa de su reino. R/ Señor, no soy digno…



O r a c i ó n d e s p u é s d e l a C o m u n i ó n :
Oh Dios y Padre nuestro: Pilatos dijo de Jesús, tu Hijo:“He aquí al hombre – Miren a su rey.” Jesús ha estado con nosotros ahora y le hemos reconocido en fe como tu Hijo eterno, como un hombre y como nuestro rey. Haznos responder generosamente a este desafío para llegar a ser, como él, gente que vive para los demás, que puede dar un rostro, una voz, un corazón y un nombre a tu amor siempre listo para el servicio. Ayúdanos a acogerle como al origen y al fin de todo lo que somos y hacemos. Que él sea nuestro Rey y Señor por los siglos de los siglos.

B e n d i c i ó n S o l e m n e :
Hermanos: Inclinen la cabeza con reverenciay rueguen por la bendición del Señor.
Que la Buena Noticia del reino se extienda y enriquezca a todos los pueblos y culturaspor todas partes del ancho mundo. R/ Amén
Que el reinado de Cristo crezca entre nosotroscomo un reino de justicia, amor y paz. R/ Amén.
Que la luz de la verdad de Cristo ilumine a todos y que su amor servicial esté vivo en todos nosotros. R/ Amén.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre. R/ Amén .
Podemos ir en la paz y en el nombre de Cristo, Rey y Señor.


Somos testigos:
no podemos callarnos
ante tanta vida machacada


¡El pueblo africano,
desde hace tres siglos,
está siendo saqueado,
silenciado
y condenado a no tener voz!


-LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS- DIJO EL PRINCIPITO-.


Me parecía que estaba leyendo a Saint-Exupèry en el Principito; ¡pero no! Era real. ¡Ocurría en nuestros días!

Espero que el autor de la entrevista se alegre de que la transcriba aquí. No sé de dónde me la han enviado por correo. ¡Creo que te gustará!

Cuando yo llegué a Africa Central tuve que quitarme el reloj... Y ¡he aprendido a hacerlo aquí con mucha frecuencia!

¡¡¡Dime lo que te parece!!! mlred

- Entrevista a un tuareg -


TÚ TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO

MOUSSA AG ASSARID.
entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA


¿Qué edad tienes?
- No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo


¡Qué turbante tan hermoso...!
-Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.


- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.


- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!


- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.
- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!
- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra..... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...
- ¡¡Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo!!

lunes, 16 de noviembre de 2009

LOS MÁRTIRES DE LA UCA. EXIGENCIA Y GRACIA




Discurso pronunciado en la Universidad de Santa Clara, California, el 5 de noviembre de 2009
JON SOBRINO,
jsobrino@cmr.uca.edu.sv
EL SALVADOR.

ECLESALIA, 16/11/09.- Hace veinte años asesinaron a mis hermanos jesuitas de la UCA, a Julia Elba y Celina. Yo estaba en Tailandia, y de regreso a El Salvador tenía que pasar por San Francisco. En el aeropuerto me esperaban, con rostros impávidos, Steve Prevett y Peggy O’Grady. En las calles de San Francisco, con un parlante en la mano, Paul Locatelli condenaba los asesinatos, y Tessa Rouverol le acompañaba. Me trajeron a la universidad de Santa Clara. La comunidad me acogió como a un hermano y en ella pasé varias semanas. Al llegar me encontré con ocho cruces plantadas delante de la Iglesia. Y cuando un desalmado las arrancó, Paul Locatelli inmediatamente las volvió a plantar. Nunca lo olvidaré. Por eso, ahora tengo un sentimiento de “volver a casa”.

Sobre estos mártires quiero hablarles, con agradecimiento por lo que fueron e hicieron, pero también con la convicción de que es vital mantenerlos vivos y de que sería fatal dejarlos morir. Los mártires, ellos y ellas, nos confrontan con nosotros mismos sin escapatoria, iluminan las realidades más profundas de nuestro mundo y lo que hay que hacer con él. Tenemos que enfrentarnos a los ídolos que exigen víctimas en el tercer mundo, aunque sus raíces más hondas están en el primero, y tenemos que trabajar por revertir la historia, y salvar así a una civilización que está gravemente enferma, como decía Ignacio Ellacuría, a un mundo en trance de muerte, como dice Jean Ziegler. A los cristianos los mártires nos señalan, mejor que nada y sin temor a equivocarnos, el camino a seguir. Son los que más nos empujan al seguimiento de Jesús y mejor nos introducen en el misterio de su Dios.

En el mundo que llamamos de abundancia la palabra “mártir” produce extrañeza, incluso repulsión, pero entre nosotros -y aquí asoma la paradoja cristiana- también produce luz, ánimo y agradecimiento. Por eso no debiéramos permitir que la palabra “mártir” pierda su vigor. Debe mantenerse como referente cristiano y social insustituible para humanizar a este mundo. Exactamente como la cruz de Jesús. Por esa razón hablaré ahora sobre los ocho mártires de la UCA.

Para ponerlo en un contexto, no sólo académico, sino humano, comienzo recordando cuál fue la reacción ante sus muertes de dos personas bien conocidas. Uno, el Padre Arrupe. Cuando los mataron, estaba ya en cama prácticamente sin poder pronunciar palabra ni comunicarse. Cuenta el enfermero que, al darle la noticia, “el Padre Arrupe se echó a llorar”. Era todo lo que podía hacer, pero en el llanto el Padre Arrupe se dio a sí mismo por entero. El otro, Noam Chomsky. Al cumplir 80 años en marzo de este año, un periodista le preguntó qué le daba fuerza para continuar en la lucha. “Imágenes como ésa”, respondió. Y señaló con la mano un cuadro en el que aparece el arzobispo Romero y los seis jesuitas de la UCA.

Estos seres humanos tocan las fibras más hondas de cualquier persona honrada. Son un referente vivificante. Ciertamente los seis jesuitas. Y también Julia Elba y Celina, aunque éstas siempre nos dejan sin palabra. En ellas se hace presente el mysterium iniquitatis. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
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sábado, 14 de noviembre de 2009

DESDE EL FONDO DE SU CORAZÓN FUE SACANDO AL DIOS AMOR QUE LE HABÍA LLAMADO POR SU NOMBRE


Arroyo vivía en una casita pequeña. Se acercaba a una choza o cueva. Había vivido con su madre toda la vida pero al morir esta se encontró en una encrucijada:

¿Hacia donde encauzo mi vida? -Se decía-. Solo tengo a mi perro. No tenía más familia que su pequeño animal.


Había algo en él con lo que no estaba contento. Había pertenecido a un sindicato en el que no contaba más que como un número. Y se cansó de ir. No le dejaban tener parte activa.


Del trabajo estaba jubilado por una discapacidad laboral. Había sido un buen trabajador y cuando podía hacía sus chapuzas. Pero a causa de su discapacidad cada vez su cuerpo iba deteriorándose más y más.


De la Iglesia no había querido saber nunca nada. Se había quedado marcado por una infancia difícil. Sin embargo se hizo amigo de un cura que había estado muchos años llevando la Comunión a su madre.


Reflexionó, recapacitó y decidió unirse a una comunidad cristiana. Para él era todo nuevo pero desde el fondo de su corazón fue sacando al Dios Amor que le había llamado por su nombre.


Fue compartiendo la fe, la comunidad, conviviendo con los otros y comprometiéndose con los más tirados de la sociedad: con nuestros hermanos de la calle, la mayoría sin-techo y participando en el grupo que había abierto una persona para ellos con mucha iniciativa y corazón.


Al día de hoy creo que sigue en esas lides y Jesús va siendo cada vez más el eje de su vida.


Tampoco es un sueño. Es un hermano que camina junto a otros "según la vocación a la que fue llamado". ¡Y su alegría es visible a los que le rodean! Y es una realidad su conversión que interroga a muchos de sus vecinos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

¡¡¡YO, YO LE PUEDO DAR MI SANGRE!!!

fotografía: José Hirschfeld Bernal y diseño : mlred


Chabela estaba hospitalizada. Se encontraba mal. La edad no perdona y creía la familia que se acercaba el final.

Hablaban de que le habían sacado sangre y Peter -de 5 años- comprendió que su abuelita necesitaba sangre para seguir viviendo y sin pensarlo dos veces le dijo a sus padres:

-¡¡¡Yo, yo le puedo dar mi sangre!!!

TODOS LOS QUE ALLÍ ESTABAN QUEDARON MUDOS DE ASOMBRO. El más pequeño de la familia no quería que muriera su abuelita y comprendió lo del Evangelio... "Jesús dio su vida hasta el extremo".
¡Yo también puedo darle mi sangre a "abu"!

No creemos que nuestros peques asimilan mucho más de lo que pensamos o creemos en positivo y en negativo.

¡Ojalá que tengamos nosotros la prontitud para entregar LA VIDA que hemos recibido gratis al servicio de los hermanos que más lo necesiten!

Estos gestos pequeñitos construyen también un mundo más a imagen de como Dios lo creó. Y volvemos a pensar: No son sueños. Son realidades que van dando VIDA, que van alumbrando un mundo nuevo.

¿Cómo puede llegar a ser nuestro mundo si cada uno de nosotros entregáramos todo lo que somos y tenemos al servicio de los demás?

¿No se acabarían muchas guerras inútiles de poder, de armas, de violencia?


Violencia engendra violencia. Y la espiral va creciendo exponencialmente.


Amor y Paz engendran aún más Amor y Paz.

viernes, 6 de noviembre de 2009

SIEMPRE EN ACTITUD DE SERVICIO Y ATENTA A LAS NECESIDADES DE CADA UNO


Hace poco una anciana por tener años -más de 90- pero no por su actitud ni su apertura de corazón se levantó un poco o un mucho mareada y a punto de perder el conocimiento.

Ambulancia, UVI, servicios de Urgencia... Hasta entonces siempre, siempre había estado en actitud servicio -como dice san Lucas-: "Está como el que sirve". Y en el hospital aunque no podía, seguía preocupándose de todos:

Mira, le dijo a una de sus hijas:

-¡Es normal que a mi edad me vaya con Dios!

A otros:

-¡Cuidad de vuestros maridos e hijos!

A otro:

-Ya sabes. ¡Quiero recibir consciente los sacramentos! (Todos los días recibía al Señor en la Comunión y seguía la Eucaristía por la TV!)

Pasó varios días en la UCI de hospital en hospital con un problema cardíaco.

Una de sus hijas llamó al Capellán -como ella deseaba-. Y pudo contrarse con Dios a través los signos que la Iglesia nos dá: los Sacramentos. Sintió todo el amor de Dios en el sacramento del Perdón y la Eucaristía. Y la Unción de Enfermos la fortaleció internamente

Cuando pudieron pasar-pues solo podían hacerlo media hora por la mañana y media por la tarde- de dos en dos iban entrando.

A todos les admiró la luz que irradiaba. Era feliz y les dijo que fueran muy felices, que estuviéran alegres cuando se fuera, que le perdonaran de todo corazón, que ella siempre había querido amarles, pero si les había había herido por algo que la perdonaran de verdad. Y siguió hablando a cada matrimonio, unidos y por separado, diciéndoles a cada uno que se amaran mucho. Que hicieran uno al otro feliz y que así se construía la felicidad y el amor. Que se preocuparan todos los hermanos de todos; que dijeran a todos los nietos, primos y sobrinos que los quería muchísimo fueran o no a verla...

En fin... Que los hijos se fortalecieron en la fe y en el amor y ELLA da testimonio de Jesús a todo el que se acerca a la cama.

No saben lo que vivirá pero ninguno está triste. Todos la acompañan.

Parece una historia "de cuento" pero no: ES REAL. -DIOS ESTÁ-CON-NOSOTROS-.