sábado, 10 de marzo de 2012

DOLORES HART



Yo no la conocía personalmente pero su testimonio me ha llegado muy dentro. NUESTRO MEJOR TESORO ES JESÚS. ELLA LO ESCOGIÓ Y AHORA DA TESTIMONIO ANTE EL MUNDO DE QUE ÉL LA LLENA DE SU ALEGRÍA Y DE SU PAZ.


Una monja caminará por la alfombra roja

La ex actriz Dolores Hart, con hábito, entregará un Oscar

Gente | 22/02/2012 - 01:06h
LUIS FERNANDO ROMO
Bethlehem (Connecticut)

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Hart, en su época de actriz Archivo
Tras dar el primer beso cinematográfico a Elvis Presley en Loving you (1957), Dolores Hart iba a convertirse en una de las mejores actrices de la época cuando recibió la llamada de Dios. "En 1963 dejé Hollywood porque sentí la vocación, no porque fuera el lugar del pecado", asegura desde la abadía de Regina Laudis en Bethlehem, a poco más de dos horas de Nueva York.
Actualmente es la priora de esta congregación de benedictinas que vive en clausura, pero la madre Dolores acaba de recibir un permiso especial porque el 26 de febrero paseará por la alfombra roja de los Oscar vestida con su hábito y su boina para apoyar la nominación del cortometraje documental corto God is the bigger Elvis dirigido por Rebecca Cammisa. Su última aparición en la ceremonia fue en 1959.
A lo largo de 37 minutos se narra su historia y la de su abadía: "Dejé entrar a las cámaras para ayudar a todas aquellas personas que están en busca de su alma. El camino hacía el Señor es un trayecto maravilloso". Y ella lo tomó a sus 24 años.
Una anécdota: es la única monja con derecho a voto en la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood: "Empecé a votar en 1960, pero al pertenecer a la orden pensé que no era correcto. En 1990 me llamó mi amigo Karl Malden, entonces presidente de la Academia, para que reconsiderara mi postura y acepté. Me dio un aparato para ver las películas en mi habitación y envío mi voto. De esta manera estoy en contacto con la realidad".
Sus profundos ojos azules transmiten paz, serenidad y bondad, a pesar de sufrir una neuropatía idiopática periférica desde hace quince años, "una enfermedad nerviosa muy dolorosa para la que recaudo fondos". También necesita dinero para la abadía, que necesita reformas.
Por un momento echa la vista atrás y recuerda su primer encuentro con Elvis: "No sabía quién era, y antes de rodar la película me lo presentaron. Elvis era muy guapo y me preguntó si yo cantaba. Al regresar al colegio, mis amigas, histéricas, me gritaron: '¿le has cogido un mechón de pelo?' ¿Bromeáis? –les contesté–. Él era un fenómeno y yo no lo sabía".
Sonríe cuando le recuerdan el beso a Elvis Presley y bromea: "Creo que es el beso más largo de la historia porque ha durado 55 años. Cuando empezamos a rodar, el director cortó la escena porque él se sonrojaba; volvimos a besarnos y volvió a cortar porque me sonrojé y así en varias ocasiones".
En 50 años de clausura ha contado con la ayuda de numerosos amigos. Entre ellos, Maria Cooper –hija de Gary Cooper–, "que es como mi hermana", Paul Newman y Patricia Neal, de quien nos confesó: "Fue monja durante tres meses, incluso tuvo sus propios hábitos". La actriz está enterrada en la abadía.


La joven actriz Dolores Hart hizo su debut junto a Elvis Presley en Loving You (1957), su segunda película. Ella trabajó con él de nuevo, al año siguiente, en el King Creole , la última película que hizo antes de su envío a Alemania. Ella tenía otros buenos papeles, en Where the Boys Are , Come Fly With Me , de Alfred Hitchcock Presents, y también en Broadway.No era un B-estrella. Ella estaba siendo preparado para grandes cosas. Se le permitió ser ella misma en sus papeles, que era una inquietamente sensible (y, sin embargo un pelo de tonto) el tipo de chica. Era asombrosamente hermoso, con brillantes ojos azules, pero su belleza tenía una cualidad etérea. Era delicado. A ella le han hecho un sorprendente Laura en El zoo de cristal , que tiene la misma fragilidad que también puede repentinamente encontrar la fuerza en los momentos emocionales. Su alma parece residir en el exterior de su piel, por lo que ella era tan buena actriz.
En 1963, Dolores Hart, a punto de casarse, se alejó de todo y se convirtió en una monja benedictina. Ella ha vivido en un convento en Connecticut por casi 50 años y ahora es una abadesa (así como un miembro votante de la Academia). Se mantiene al día con las películas. A pesar de vivir en un claustro (literalmente), ha concedido entrevistas de vez en cuando acerca de su vida, su asociación y amistad con Elvis, y por qué dejó el mundo de Hollywood para el convento.
Mi respuesta favorita que dio es el siguiente. Se le preguntó cómo podía ser monja después de besar a Elvis Presley? Su respuesta pícara: "¿Cuánto más cerca del Cielo se puede obtener?"
Voy a decir esto también: Agregar a la lista de su largo, largo tiempo de las mujeres que conocieron a Elvis que no tienen nada malo que decir sobre él. Ella lo amaba. Era un católico serio, va a misa todos los días, y se trata de un floreciente carrera como actriz. Él glommed en ella, gusto de su dulzura, la apertura a ella. Amaba a las chicas buenas. Se sentía cómodo con ellos. Se le permitió ser blando y vulnerable. Hay películas caseras de los dos de ellos en su casa, cuando ella hizo una fiesta de cumpleaños de un miembro del reparto (muy raro en él para mostrar aun más). Él está tocando el piano y ella está sentada junto a él de interferencia en el clarinete, y los dos están riendo. Ella dijo en una entrevista que ella estaba tan agradecido que ella llegué a conocerlo a continuación, que llegué a conocerlo "en su inocencia".




domingo 19 de febrero de 2012

LA APASIONANTE HISTORIA DE LA MONJA QUE BESÓ A ELVIS PRESLEY



Dolores Hart fue la primera mujer que besó a Elvis en una película: dejó el cine e ingresó en un convento

Dolores Hart tiene un lugar muy especial en la historia del cine: haber sido la primera actriz que besó al Rey, en su segunda película, «Loving You» (1957). Los fans de Elvis Presley debieron de pensar que Dolores Hart había tocado el cielo besando al nuevo ídolo del rock’n’roll. ¡Cuán equivocados estaban! Al año siguiente volvió a besarlo en «King Creole» (1958), la mejor película y, sin duda, la mejor interpretación de Elvis en un papel dramático. En este filme, Dolores Hart interpreta a una recatada camarera de una tienda en donde Elvis entra para distraer a las dependientas cantando, mientras la pandilla del barrio roba.

Al personaje que interpreta Dolores Hart le enamora el desparpajo un tanto canalla de Elvis y la canción «Lover Doll», en la que le canta, con su aterciopelada voz, que nunca había pensado que las «muñecas» crecieran tanto. Dolores Hart era la típica rubita con coleta, de ojos azules y piel dorada, casi transparente, de la que se enamoraban los chicos rebeldes y trataban de seducirla llevándola a una lúgubre habitación de hotel. En la puerta, descubrían que ella no era ese tipo de chica.

Poco antes de tomar la decisión que la llevaría a un convento de clausura, Dolores Hart protagonizó «Donde hay chicos» (1960), una comedia en la que cuatro chicas se buscan a sí mismas en el entorno veraniego de Florida, al tiempo que descubren el amor y el sexo, justo cuando se inicia el movimiento contracultural y de liberación sexual en Estados Unidos.

Dolores Hart tuvo tiempo de hacer media docena de películas, de escaso interés, antes de comprender que la llamada de Dios estaba por encima del brillo de Hollywood, en donde había conseguido un cierto estatus de actriz emergente en la MGM. Fue en Broadway, actuando en «El placer de su compañía», cuando empezó a cuestionarse su vida y la falta de sentido trascendente. Le recomendaron que se retirara durante unos meses a la abadía benedictina en donde ingresaría años después.

Ante el estupor general, Dolores Hart comunicó a la prensa que dejaba el cine para ingresar en un convento, en diciembre de 1962, a la edad de 24 años. Se retiró a la abadía de Regina Laudis, en el pueblecito de Bethlehem, en Connecticut, como monja de clausura. Desde entonces han pasado casi cincuenta años y la vida de aquella estrella juvenil de Hollywood, admirada por su dulce rostro y maneras suaves, se ha convertido en la madre superiora del convento benedictino. Tiene 73 años y ha vuelto al mundo secular dos veces, una para recaudar dinero para investigar la neuropatía idiopática periférica, que ella padecía desde 1997 y que sufren numerosas personas en Estados Unidos, y, posteriormente, para conseguir fondos para el convento.

Pero la noticia que ha llamado la atención de la Prensa ha sido saber que la madre abadesa Dolores Hart es miembro votante de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood. Cada año recibe las películas que tiene que visionar en su celda. Algo impensable en la cultura religiosa europea que una monja de clausura decida anualmente qué cinta recibe el prestigioso Óscar. Cuando se le pregunta si no son un tanto subidas de tono, Dolores Hart contesta: «Si eres benedictina como yo, se supone que eras capaz de integrarte en cualquier sitio».

Ser monja no entraba en sus planes. Y, sin embargo, pasando por Connecticut de gira promocional de «Francisco de Asís» (1961), pidió al chófer que parara delante del convento Regina Laudis, donde entró a rezar. Allí debió de tener una epifanía, pues decidió dejar a su novio, un hombre de negocios californiano, renunciar a una vida de lujo, dinero y fama e ingresar en la orden.

Junto a su amiga la actriz Patricia Neal, protagonista de «El manantial», construyeron un teatro junto al convento, donde se representan obras cada verano, y hasta su muerte, en 2010, fue uno de los soportes económicos del convento. Patricia Neal está allí enterrada.

Además de conservar su nombre artístico, a Dolores Hart le gusta llevar debajo del hábito un suéter y tocarse con una excéntrica boina negra con una estrella. Cada vez que un reportero le pregunta qué sintió besando a Elvis y si tocó el cielo al besarlo, la ex actriz contesta que sólo hay que mirar aquella escena para darse cuenta de que no era más que una película. Para ella, Elvis era un joven con una enorme capacidad de amor, pero nunca creyó que encontraría la felicidad. Era una persona solitaria. Ella, sin embargo, consiguió el amor divino, y para toda la vida.
  
Nunca lo pensó
Dolores Hart nunca pensó en meterse a monja, quería ser actriz, como su padre, Bert Hicks, un católico irlandés que se divorció de su madre cuando era niña, y sobrina del también actor y famosísimo cantante de ópera Mario Lanza.



Texto: La Razón /Lluis Fernández

 

COMMUNIO



Mother Dolores Hart speaks about her life and Faith

 Paul Zalonski    | 
On Saturday I drove up to the Abbey of Regina Laudis situated in BethlehemConnecticut, to purchase cheese and note cards made by the Benedictine nuns there. Cheese is a homemade product of the nuns of this monastery made from milk of 5 dairy cows. But in addition to cheese and note cards I picked up a beautiful DVD interviewing Mother Dolores Hart, OSB. In 2000, Chantal Westerman interviewed Mother Dolores for an hour long presentation called "Conversations with Remarkable People: Mother Dolores Hart."

From this conversation I learned a few things and a new perspective among which Mother Dolores was not only an actress but also a carpenter who made chairs and tables but also coffins for the nuns in her earlier life at the abbey and she took the time to welcome guests. Patricia Neal was of particular interest. (A convert to Catholic before her death, Neal died in August 2010 and is buried at Regina Laudis Abbey.) Of particular interest to me was not Hart's work in Hollywood but her concrete witness of Christian faith. Ms Westerman asked Mother how she understood faith and the phrase "I am spiritual but not religious." Mother answered (my notes):

Faith is remembering the exquisite gifts of God given us in particulars of space and time and people; faith is having the guts to say 'yes' when you have no idea what the 'yes' means; the 'yes' is given in response to a mystery.

With regard to the spiritual/religious distinction often made: the two are complementary and have a convergence.

Indeed! There is no separation between spiritual and religious. The soul needs integration of each to make any real sense.

If you can get a copy of the DVD from the Abbey, do so. I recommend it. And stay for Vespers (the Church's evening prayer) daily beautifully sung by the 40 nuns.

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