jueves, 19 de julio de 2012

UMUKECURU Margarita




No es la foto de ella pero se parece muchísimo.
Umukecuro (en español sueña tal cual pero la "c" se pronuncia como "ch" y significa anciana.

Vivía en una choza pequeñita, sin agua ni luz, ¡claro! y para los jóvenes de hoy sin nada de nada en la casa. Solo una estera en el suelo para compartirla con su hija y nietos.

Venía a visitarnos y nos traía siempre las primicias de su cosecha de alubias, que era el pan de cada día allí. (Hasta a niños a partir de los seis meses se lo daban y la mayoría de las veces sin triturar. Eso formaba parte de nuestro trabajo). Como yo estaba ávida de aprender el kinyarwanda y de aprender de los mayores y pobres su sabiduría, me sentaba junto a ella en un taburete y repetíamos el ritual una y mil veces. Su lenguaje estaba lleno de imigani, de refranes. Lo que lo hacía mucho más difícil.

Esta era nuestra conversación casi siempre. Al menos en los comienzos:

Marguerite: -Yesu akuzwe! (Alabado sea Dios) decía.
yo: -Iteka lyose (Por siempre)
Marguerite: -Amakuru iki? ¿Qué es de tu vida? ¿Qué noticias me das?
yo: -Amakuru meza. (Mis noticias son buenas).

¿Por qué traigo a Marguerite Umukecuru aquí? Para testimoniar de su fidelidad y entrega a la familia. Y del cariño que nos profesábamos. No tuve nunca una fotografía pero la llevo en mi corazón. Venía siempre con un gorro rosa de lana de los que se utilizan para la nieve. Se lo regaló un cura y no se lo quitaba ni para dormir...

Marguerite es de las personas que forman parte de mi vida y de mis amigos. Bien sabe Dios que nuestra relación fue siempre un juego de miradas, de silencios, de cariños... ¡Era una mujer de Dios y por eso nos compartía las primicias como gesto de entrega generosa y de compartir!

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