Desbordo de gozo con el Señor. Is 61 10
Mi ser se estremece ante mi Dios... ¡Aquí estoy! Haz de mi lo que quieras.
Mientras esperaba a M. A., al salir de la Eucaristía, me senté con P. Me dijo: Las dos somos frágiles. Tenemos que hacer una comunidad en la que quepamos. ¡Me hizo gracia! Y le hablé de nuevo de mi llamada. Cuando estábamos terminando, una señora que se había sentado en el banco y que yo no había percibido le dijo: "Da alegría. Estoy muy a gusto. Estas conversaciones no se oyen a menudo. Me gusta lo que ella dice". (Y volví a sentir que contigo Jesús siempre se está a gusto...)
En otro momento del día M. A. me dijo que no me fuera de aquí que se necesitaba gente así. Hablamos de la santidad de la comunidad. Todos y todas estamos llamados y todos participamos por gracia de la santidad de Dios.
Por la noche con M.A. seguimos hablando. También vio normal lo que vivo y cree posible realizarse. Todavía no he encontrado ninguna persona que me ponga obstáculo. Recuerdo lo que me ha dicho muchas veces A.Ch. "Las cosas de Dios se viven con suavidad". Y parece que esto se está dando. ¿Cómo será?
No depende de mí. Está en tus manos y en la actitud de las hermanas que quieran acogerme u que pueda irse dando desde la realidad de cada una.
27 Junio 2003
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