miércoles, 3 de marzo de 2010

CON TODO SU AMOR


Hace unos años un niño de pocos meses tenía colapsos. El médico dijo que no había solución. Tan solo admitía su organismo una gotita de agua con azúcar pero si tragar y dándole una especie de espasmos o colapsos. En cuanto la madre o la tía le daba unas gotitas de más el niño se echaba a morir.

La tía tenía una gran fe y ¡de perdidos al río! El médico le dijo que no pasaría la noche. Decidió esta darle un chorretón de agua de Lourdes y pedirle a la Virgen con todo su amor por el chiquitín. Este llevaba muchas horas sin dormir.

Y, de repente, dice la tía: - “¡El niño duerme tranquilamente!”.

Todos creían que había muerto y que la tía no se hacía a la idea de ello.
Se acercó el médico y la sorpresa fue enorme: El niño respiraba y pudo certificar que no se lo explicaba pero que el niño estaba durmiendo plácidamente.

Nadie comprendía lo que había pasado. Alguno de la familia se rió de ello. Pero gracias a la intervención de la Virgen el niño vive aún… ¡Y han pasado unos pocos años!


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