domingo, 13 de octubre de 2013

LA MIRADA TRANSPARENTE DE MARÍA :

En mi barrio hay, como en cualquier sitio, gente estupenda.

Personas que no hacen ruido pero que sus vidas están llenas de amor.

Personas que descubrimos desde el corazón.

Un día conocí a María y a su hija Encarnita. Como decía el Principito: 'El tiempo que perdiste con tu rosa es lo que la hace importante'. Eso me pasó con María... 

María, como muchísimas mujeres de su tiempo, vivió situaciones muy difíciles. María supo afrontarlas con la sencillez de los grandes. Su fuerza la tiene puesta en la Eucaristía. JESÚS SE LE HACE ENCONTRADIZO CADA DÍA. 

Vivió muchos años  manteniéndose  al día toda la familia con una peseta que ganaba día a día...  El día que no trabajaba no entraba la peseta y la sopa de ajo que tenían cada día se transformaba en un agua con pan o nada... Me contó cómo Dios providente siempre cuidaba de ellos. Muchos días de esos que no tenía qué dar a los niños se encontraba en la calle la moneda necesaria para el sustento de todos. Siempre dio gracias a Dios.

También vivió experiencias de la Providencia a través de Fray Leopoldo al que muchas gentes del barrio conocieron y quisieron cuando eran pequeños.

María no hace ruído. Es silenciosa y con una delicadeza extrema. Comparte, sirve al que lo necesita y se deja amar por Dios amor que se revela a los sencillos. Su mirada es transparente.

Al cabo de los años supo que era hija adoptada. Otras gentes tienen resentimiento por ello. Ella da siempre gracias por sus padres adoptivos porque lo hicieron muy bien con ella,  aunque le hubiera gustado conocer a sus padres biológicos. 

Es abuela y reúne a la familia en el cariño y el amor. Lo poco que tiene lo comparte siempre.

MARÍA, GRACIAS POR TU VIDA. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario