Estampa del día de su compromiso como Hija de María |
Se nos ha ido aún joven aunque ya abuela.
Una mujer llena de vida, de entusiasmo ganas de vivir y de amar, de amar y de ser amada, de ser amada y de entregarse por entero.
A sabiendas de que le quedaba poco tiempo de vida tuvo el coraje de hacer más de mil kilómetros para estar con su tía y madrina de 93 años y despedirse de nosotros con alegría y paz. Poco corriente la experiencia.
Nos ha dejado un poso de sabiduría, de amor y de paz muy grande.
Son muchos hermanos. Pues en estos tiempos tampoco muy corriente. Ninguno quería perderse el día que le tocaba el turno de estar con ella. Tres años de operaciones, quimio y demás. Dura enfermedad que HA GENERADO MUCHA VIDA ALREDEDOR Y EN ELLA MISMA. Una hermana me decía que le había enseñado sobre todo el dar la posibilidad a los otros de ayudarla con sencillez, de que se sintieran bien ayudándola.
No vivió una vida fácil. Se quedó viuda joven y con dos niños pequeños. Tuvo que sacarlos adelante como cualquier viuda pero ¡daba tanto amor!
Colaboró en la Parroquia siempre que pudo, acompañó a un jesuíta en los retiros con adolescentes y decía que ella era la que había aprendido más.
Tuvo un lema en su vida: "VIVIR PARA AMARTE Y HACERTE AMAR" (Se refería a la Virgen). ¡Y cómo lo vivió! El Señor le hizo el regalo de morir al amanecer del mismo día de la Asunción de la Virgen, como recordándonos que Dios había asumido todo lo bueno de ella y que ya estaba en Él gozando de la Comunión de los Santos. También su madre murió en una fecha muy bonita: el día de San José al que tanto amaba.
En la Eucaristía que celebramos allí, en el Velatorio, (no me gusta decir Tanatorio: es el lugar de los muertos) porque los cristianos creemos en la Resurrección, luego velamos a nuestros hermanos porque creemos que aquí no termina todo, que la vida triunfa sobre la muerte, que todo lo que hemos vivido de amor permanece junto a Dios.
Como me decía una de sus hermanas: "¡Tanto chorro de vida no se puede perder! Esa es la comunión de los santos". Unidos caminamos en el amor. Pues en esta Eucaristía celebramos TANTA VIDA JUNTO A DIOS.
¡Gracias, María Luisa, por tu VIDA!
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