fotografía: José Hirschfeld Bernal y diseño : mlred
Chabela estaba hospitalizada. Se encontraba mal. La edad no perdona y creía la familia que se acercaba el final.
Hablaban de que le habían sacado sangre y Peter -de 5 años- comprendió que su abuelita necesitaba sangre para seguir viviendo y sin pensarlo dos veces le dijo a sus padres:
-¡¡¡Yo, yo le puedo dar mi sangre!!!
TODOS LOS QUE ALLÍ ESTABAN QUEDARON MUDOS DE ASOMBRO. El más pequeño de la familia no quería que muriera su abuelita y comprendió lo del Evangelio... "Jesús dio su vida hasta el extremo". ¡Yo también puedo darle mi sangre a "abu"!
No creemos que nuestros peques asimilan mucho más de lo que pensamos o creemos en positivo y en negativo.
¡Ojalá que tengamos nosotros la prontitud para entregar LA VIDA que hemos recibido gratis al servicio de los hermanos que más lo necesiten!
Estos gestos pequeñitos construyen también un mundo más a imagen de como Dios lo creó. Y volvemos a pensar: No son sueños. Son realidades que van dando VIDA, que van alumbrando un mundo nuevo.
¿Cómo puede llegar a ser nuestro mundo si cada uno de nosotros entregáramos todo lo que somos y tenemos al servicio de los demás?
¿No se acabarían muchas guerras inútiles de poder, de armas, de violencia?
Violencia engendra violencia. Y la espiral va creciendo exponencialmente.
Amor y Paz engendran aún más Amor y Paz.
Hablaban de que le habían sacado sangre y Peter -de 5 años- comprendió que su abuelita necesitaba sangre para seguir viviendo y sin pensarlo dos veces le dijo a sus padres:
-¡¡¡Yo, yo le puedo dar mi sangre!!!
TODOS LOS QUE ALLÍ ESTABAN QUEDARON MUDOS DE ASOMBRO. El más pequeño de la familia no quería que muriera su abuelita y comprendió lo del Evangelio... "Jesús dio su vida hasta el extremo". ¡Yo también puedo darle mi sangre a "abu"!
No creemos que nuestros peques asimilan mucho más de lo que pensamos o creemos en positivo y en negativo.
¡Ojalá que tengamos nosotros la prontitud para entregar LA VIDA que hemos recibido gratis al servicio de los hermanos que más lo necesiten!
Estos gestos pequeñitos construyen también un mundo más a imagen de como Dios lo creó. Y volvemos a pensar: No son sueños. Son realidades que van dando VIDA, que van alumbrando un mundo nuevo.
¿Cómo puede llegar a ser nuestro mundo si cada uno de nosotros entregáramos todo lo que somos y tenemos al servicio de los demás?
¿No se acabarían muchas guerras inútiles de poder, de armas, de violencia?
Violencia engendra violencia. Y la espiral va creciendo exponencialmente.
Amor y Paz engendran aún más Amor y Paz.
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