- Hija, hemos decidido tu padre y yo que te cases con Umugabo Karoli.
- Pero ¡mamá! ¿A estas alturas queréis imponerme la persona con la que convivir toda mi vida?
Pasó el tiempo y seguían insistiendo.
Y Mukakabera no estaba conforme.
Llegó un día en que avisaron a una comunidad distanciada en kilómetros de que iría una chica a pasar un tiempo.
Un cura amigo le echó una mano y Mukakabera pudo respirar después de un tiempo porque pasaron antes muchos meses de angustia hasta que la familia aceptó su decisión. ¡Tenía 27 años!
Una liberación, signo o gesto del Reino de Dios:
¡Dichosos los que no se imponen por la fuerza!
¡Felices los limpios de corazón porque ellos ven el paso de Dios en sus vidas!
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