viernes, 29 de mayo de 2009

HACER DE ESTE MUNDO UN MUNDO DE HERMAN@S




Belén se acercó un día a casa de Carmen y le dijo:

-¡Mira, ya me he enterado por ahí de que andas ayudando a muchos vecinos, estando cerca de los que sufren o están solos, colaborando por hacer de este mundo un mundo de hermanos y metida en “mil fregados”!

-Pero, ¿qué dices, mujer? (Carmen era de las personas que no se quieren dar importancia).

A raíz de ese encuentro entablaron una amistad. Buscaban ratillos de estar juntas y, como quien no quiere la cosa, fueron acercándose una a la otra y compartiendo sus preocupaciones y alegrías.

Un día Carmen descubrió que los ojos de Belén brillaban de una forma nueva. (La verdad es que siempre tenían ese destello de LUZ pero Carmen, todavía metida en su mundo, no había caído en la cuenta de verdad hasta ese día). Recordó lo del Principito: “El tiempo que perdiste con tu rosa es lo que la hace importante”. Y su corazón se llenó de gozo y de ganas de seguir la cadena. Recordó eso de Jesús: “Ahora ve y haz tú lo mismo”.
No son sueños. De ello doy fe.

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